Quien puede lo más, puede lo menos
Eran las 7:15 am, estaba haciendo la cola del bus
que debía tomar para ir a mi trabajo. El trayecto lleva un tiempo aproximado de
2 horas. Los buses tienen tiempo de espera de 2
minutos, por lo que la cola avanza rápido. Debía esperar a una compañera de
trabajo. 7:17 am, sigo avanzando en la cola, aún mi compañera no llega. 7:20 am
y estoy de primero en la cola, pero no subo al bus, espero a mi compañera
todavía. Los encargados de controlar la cola me veían. 7:25 am llega mi
compañera, me acerco a uno de los guardianes de la cola y les digo: “Disculpa, yo tengo todo este rato
esperándola de primero en la cola, y en el próximo bus subiremos” a lo que el
señor muy amablemente me dijo que no se podía, que la chica debía hacer la
cola. Seguimos un rato argumentando las razones por las cuales cada uno
defendía su postura, hasta que al final yo digo “Es una tontería” y el señor
responde “No, es educación”
Muchas veces, las acciones parecen insignificantes
y quizá no tienen un efecto inmediato en la sociedad, pero lo verdaderamente
importante son las repercusiones a largo plazo y son aquellas a las que se debe
enfocar un esfuerzo mayor. La respuesta del encargado de la cola fue tan
acertada que no hubo manera de refutarle, y solo me quedó el trago amargo de no
haber dado con ese razonamiento anteriormente.
La máxima carpe diem, un aforismo latino que significa "vivir el momento", centra su objetivo en no vivir de experiencias pasadas o esperanzas inalcanzables, sino de prestar atención a lo que pasa en el momento. Todo bien con eso, estoy totalmente de acuerdo con que el presente es el único tiempo que podemos trabajar y en el que se debe concentrar la mayor parte de nuestra energía. Sin embargo, plantearse objetivos a largo plazo hace que se
tenga un rango de acción mayor, un rango dividido en pequeñas acciones a corto plazo. “A maiori ad minus” otra expresión
latina que significa “quien puede lo más, puede lo menos”, también utilizada
como razonamiento lógico en diferentes discursos argumentativos, lo cierto es
que puede ser aplicado a diferentes aspectos de nuestra cotidianidad sin mucho esfuerzo.
En efecto, si conquistamos el objetivo mayor,
creamos un rango de pequeños objetivos los cuales podemos conquistar con mayor
facilidad. Vamos a ilustrar un poco con un ejemplo banal: el salto de longitud o salto
largo es una prueba actual del atletismo que consiste en recorrer la máxima
distancia posible en el plano horizontal a partir de un salto tras una carrera; si el atleta aterriza a 8 metros de su
zona de despegue, con mayor razón podrá alcanzar 7 metros, 6 metros, 5 metros, y
todas las distancias por debajo de su récord.
Apuntar más lejos. Ese debe ser el objetivo de
todo individuo, para luego serlo de la sociedad y, por último, el del Estado
mismo. Apuntar más lejos como el atleta de salto largo, nos permite tener una
gama de pequeños objetivos que podemos cumplir sin mayor esfuerzo. ¿Y qué
significa apuntar más lejos? Pues no puede traducirse literalmente si queremos
tomarlo como objetivo de vida. No significa entonces apuntar a los objetivos
más lejos espacial o temporalmente (aunque seguramente concurran estas
variables). La traducción correcta es “ser visionario”, plantearse una meta lo
suficientemente “lejana” para que sea plausible y eficaz pero no tanto para
que no peque de idealista o utópica.
Si bien es cierto las sociedades tienen problemas,
unos más graves que otros, que se deben atacar en el corto plazo, y también es
cierto que cada sociedad tiene problemas particulares que no se pueden resolver con
una misma receta, no es menos cierto que los países comparten una identidad que
los sobrepasa por encima de sus fronteras, sus costumbres e idiosincrasia… La idea del progreso.
La idea de progreso es algo que tenemos todos los
individuos al momento de nacer, es lo que nos impulsa a realizar las
actividades del día a día. Desarrollamos ciertas habilidades y destrezas en
virtud del deseo de superación personal, y, una vez enfrentado con la sociedad,
desarrollamos más habilidades para nuestro desenvolvimiento en la misma, siempre
con la idea de ser o hacer mejor. Esa idea de progreso está arraigada en
nuestro ADN, y se expresa en diferentes planos: personal, familiar, social,
académico, geopolítico… Diferentes aspectos de nuestra vida cotidiana se ven
afectados por el deseo de superación o idea de progreso y son los que nos
ayudan a darle forma a nuestras ideas más emprendedoras.
Es así como buscando los métodos necesarios para
materializar la idea de progreso, encontramos fórmulas que nos permiten
identificar las posibles soluciones. Volviendo a la historia de la cola del
bus, la fórmula fue bastante clara, pero podemos desglosarla incluso mucho más
para que se comprenda del todo: La idea de hacer la cola para subir al bus es
que exista un orden y respeto por los derechos de todos los usuarios, sin
proporcionarle ventajas a unos, salvo las que, por cuestiones de equidad, se
proporcionen para mantener la igualdad de condiciones. En este sentido,
interiorizar esta información hace que cada uno de los que se encuentran
haciendo la cola evite proveerse de ventajas adicionales, crear un ambiente de
respeto mutuo, organización y estabilidad. Ahí es donde la respuesta del
organizador de la cola cobra fuerzas, la educación viene siendo un elemento
imprescindible a la hora de interiorizar esta clase de ideas que, al corto
plazo parecen insignificantes, pero a largo plazo marcan la diferencia.
Transpolar la experiencia de la cola a la
situación política de un país, nos lleva a la misma respuesta del organizador
de la cola: EDUCACIÓN. No es casualidad que en aquellas sociedades donde se
prioriza la educación, esta se traduce en progreso y estabilidad social. Y no
solo nos referimos a educación formal, sino a la formación que tiene todo
individuo en la familia y en la sociedad en la que se desenvuelve.
En este sentido, así como el atleta utiliza el
entrenamiento necesario para alcanzar la mayor distancia posible, que
constituye el récord, y todo lo que esté por debajo de éste es de fácil
realización; mutatis mutandi, la educación viene siendo el entrenamiento
necesario que requiere la sociedad para alcanzar su meta, y todo lo que esté
por debajo de ella será de fácil realización. La educación se convierte en un
baluarte inexpugnable del progreso.
Así como el atleta, la sociedad debe procurar
enfocar todos sus esfuerzos en alcanzar esta meta y, en este sentido, trabajar
de la mano para concretar los desafíos que comprende. Plantearse como meta el
progreso y valerse de la educación como medio para alcanzarlo, parece una idea
de esas que nadie presta atención por parecer idealista o poco pragmática. Sin
embargo, como dijimos anteriormente, se trata de apuntar lejos, para que todos
los objetivos dentro de ese rango, que quizá parezcan más fáciles o
pragmáticamente más eficaces, dejen de ser pequeñas metas para convertirse en
hechos verificados que son propicios para cumplir LA META.
No es casualidad la referencia a que la sociedad
deba enfocar los esfuerzo para alcanzar la meta. Sí, todos nosotros, como
individuos, y miembros de la sociedad, somos quienes debemos enfocar nuestros
esfuerzos para alcanzar la meta, sea cual sea la posición en la que nos
encontremos, ninguna es mas importante que otra para alcanzar esta meta. Si
bien es cierto, existen posiciones con más o menos poder o con mayor o menor
influencia para lograr la meta, eso no implica que sean más o menos importantes,
sino que tienen más o menos responsabilidad para con la consecución del
objetivo.
En definitiva, la invitación es a fijar la meta, la meta más alta, más grande, más importante... y todas las mini metas necesarias para conseguir "LA META" serán objetivos verificados de fácil realización.
Hablar de Metas me hizo recordar cuando aprendí su verdadero significado. Porque hoy en día cualquiera podría considerar que la acepcion Metas y Objetivos podrían ser lo mismo, pero no es así.
ResponderEliminarDesde la Universidad, que fue en ese entonces cuando empecé a emplear mejor el término, ya cuantifico o mido el cumplimiento de mis objetivos.
Excelente publicación Cesar. ¡Éxitos en todo!