DE FRACASO EN FRACASO


Hoy fui recibido en mi oficina con una noticia sobre un adolescente de 16 años que se arrojó a los rieles del tren, siendo arrollado por este y ocasionando su muerte instantáneamente. Trataron de mostrarme el vídeo de seguridad que capta el monto del arrollamiento, pero no pude verlo. Hace unos años, también tuve una experiencia cercana al suicidio que, felizmente, fue frustrada. Desde hace tiempo me ha intrigado el tema del suicidio y por qué una persona decidiría simplemente terminar con su vida. Cada vez que obtengo una noticia de algo similar, en mi cabeza empiezan a rondar preguntas de ¿qué estaría pasando por su mente? ¿Cómo se estaría sintiendo? ¿por qué nadie le brindó ayuda? ¿Qué situaciones tuvo que atravesar para llegar a esa solución? ¿puedo decir que alguien es débil por no querer seguir viviendo o fuerte por asumir una solución de esa magnitud?... y pare usted de contar. Para nadie es un secreto que todo lo sobre analizo, y le doy vueltas y vueltas para entender el porqué de una situación.

Personalmente, una de las batallas más fuertes que he tenido desde niño es contra el miedo al fracaso. Desde muy pequeño me he sentido con la necesidad de sobresalir y destacarme en todo lo que hago. Esta necesidad me ha forjado un sentimiento de reprimenda o temor por los resultados, como si de eso dependiera mi estabilidad emocional.

Muchas veces, he dejado de hacer cosas porque me siento con miedo de que pueda fracasar en su ejecución, me he alejado de personas porque siento miedo de que no pueda sobrellevar esa relación, básicamente, he dejado de vivir por miedo a lo que pueda pasar.

No es que el miedo sea malo per se, entiendo que el miedo racional nos hace tener un sentido de conservación ante los posibles perjuicios del día a día. Pero el miedo al fracaso responde a un instinto de supervivencia virtual, que proyecta un posible escenario negativo y te impide actuar en consecuencia.

Creo que este miedo al fracaso también responde a una necesidad de respuesta positiva por parte del entorno. Esa aceptación, confirmación o reconocimiento de un tercero hace que filtre, muchas veces, lo que quiero hacer o decir. Entonces me limito a hacer o decir ciertas cosas para evadir el fracaso.


Los miedos deben enfrentarse para poder superarse. Un error, un fracaso, un mal día, una mala decisión, un mal comentario, un mal trabajo, una mala calificación, una mala actitud… se pueden superar con 3 pasos: asumir el error, aprender de él y trabajar para mejorarlo. No es tan sencillo tampoco, algunos toman tiempo, de otros quizá no se aprenda nada y, lo más seguro, es que vuelvas a fracasar. Lo importante es seguir intentando, aprender y seguir intentando. En palabras de Churchill “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

Creo que ahora estoy enterado de que esas cosas no tienen que limitarme, que puedo ser capaz de equivocarme incluso en lo que creo que hago mejor, que no tengo que buscar aprobación de todos los que me rodean, que puedo vivir un poco más. Eso no quiere decir que ya tengo la vida resuelta, creo que todavía tengo muchos miedos y fallas que no he logrado abrazar y superar todavía, pero, no pierdo el entusiasmo.  

Esto ni siquiera lo voy a editar, o releer para ver si es coherente, bueno o apropiado. Lamentablemente la inspiración provino de una situación letal. Así surgió.

Comentarios

  1. Querido César: una de las peores tiranías es la de la expectativa, tanto la que se tiene del mundo y más aún la que tengo de mí. Cuando ese deseo de ser siempre (y esa es la palabra clave) notable en cada cosa que hago se instala en mí como un modo de ser el mundo, me obliga a vivir en un solo extremo de mis infinitas posibilidades, las cuales también incluyen el errar.

    Respecto del suicidio del joven no me planteo si alguien que se quita su vida es fuerte o débil, simplemente es alguien desesperado y como la depresión (que es el motivo más frecuente de suicidio) tiene tantos rostros, entre ellos la risa y la indiferencia, es muy difícil siquiera ofrecer una ayuda no solicitada.

    Me agradó mucho leerte. ¡Un fuerte abrazo!

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  2. Estimado profesor, gracias por su comentario, cómo cómo siempre acertado. Un fuerte abrazo

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